Las horas se van volando a tu lado como si la felicidad no tuviese encanto, las cosas buenas duran poco como estrellas fugaces que pasan inadvertidas dejando un rastro glorioso en el firmamento, pero esta ley no se cumple entre nosotros.
Mi sed se acrecienta con cada partida de tu tez blanca y angelical, trago en silencio mi nostalgia y bajo la mirada y con el corazón en marcha de tener la certeza de tu próxima llegada.