Desde mis raices hasta el centro de la tierra , resuena con fuerza mi sentimiento que ha despertado de su largo sueño.
Parace que al fin la felicidad he alcanzado y el amor ha madurado para esparcirse por los cielos. Brota de mí el almizcle de tus besos y tus lágrimas saladas se convierten en notas rosas y de jazmines tu cabellara que se envuelve sutilmente en mi cuerpo.
Nace de tí el rugir de la pasión y el eterno furor de volver a amar. Tus manos aran la tierra prometida y riegan el valle del encanto, de tu entrega total... de la vida misma, del palpitar de dos almas que por fin son de una inmortal felicidad.