Eterno silencio que invades mi cuerpo ¡déjame seguir! ya no me tortures con tu fría presencia, que hasta siento como destruyes mi lamento... que el dolor no es pasajero ante tu feroz emboscada.

Desde mis raices hasta el centro de la tierra , resuena con fuerza mi sentimiento que ha despertado de su largo sueño.

Parace que al fin la felicidad he alcanzado y el amor ha madurado para esparcirse por los cielos. Brota de mí el almizcle de tus besos y tus lágrimas saladas se convierten en notas rosas y de jazmines tu cabellara que se envuelve sutilmente en mi cuerpo.

Nace de tí el rugir de la pasión y el eterno furor de volver a amar. Tus manos aran la tierra prometida y riegan el valle del encanto, de tu entrega total... de la vida misma, del palpitar de dos almas que por fin son de una inmortal felicidad.

En el silencio eterno, escondo mi soledad y aunque la vida brilla para mí ,en el fondo oscuro me encierro para no cantar.

Solo quiero llorar, pero ya no puedo... desde que derrame la ultima por amor, se seco mi corazón. sólo mi alma puede brindarme consuelo y tranquilidad.

Puede ser que la oportunidad de tener fe, es seguir en la batalla, la cual apenas comienza. 

De repente te veo, silueta efímera y cálida... no he renunciado, pero... 

Las fuerzas se me van y caigo lentamente en el olvido y cuando creo que yaceré ante el desdén , brota desde lo más

profundo de mi ser la luz de esperanza... la siento, tibia, radiante y cristalina. Me levantare entre los escombros y mi corazón guerrero resucitará. No tengo miedo ¡estoy aquí! 

Luz de esperanza que has devuelto mi esencia, no te defraudare y acariciare la victoria eterna, ahora sé que mi misión se cumplirá.

Entre el tiempo y la espera por verte, encienden la flama inquieta de mí ansiedad.

Necesito solo un instante para que el milagro surja entre la nada y el mar apremie la nostalgia que siento, pérfida naturaleza que produce la distancia.

Quedo inmerso ante la agonía y he de callar para no lastimar más mis ojos cansados de llorar.

Brotan por mi piel gotas de sangre, mezcladas de sudor e impaciencia. Ya la agonía es eterna, prefiero sumergirme en un sueño profundo, en donde estemos tú y yo. Que nada nos separe ni siquiera la más vulnerable de las verdades y la más cruel de las mentiras.

Caer entre alfombras de hiedra, respirar aromas florales, beber  y  fumar… ¡Qué recuerdos aquellos!

Vivir entre espejismo no dura mucho tiempo. Así que despiertas ahora y regresa conmigo…

Si tan sólo pudieses regresar de la tumba.